martes, 15 de septiembre de 2009

Heraud: "Yo no creo que sea suficiente llamarse revolucionario para serlo"

En Junio del 2009 acudí a la obra "Heraud, el corazón volador" lo cual me hizo leer sobre este extraordinario poeta, aquí pondré unas líneas sobre su juventud que encontré "googleando":

"En 1960, publica su primer poemario *El Río*. En diciembre de ese año recibe, compartiendo con César Calvo, el Primer premio de literatura en el concurso *El joven poeta del Perú*. En 1961 se inscribe en las filas del Movimiento Social Progresista (MSP) de tendencia social demócrata. Participa en la manifestación de repudio por la visita del presidente Nixon al Perú. Se matricula en la UNMSM bajo presión de su padre, con el fin de estudiar Derecho. Publica su poemario *El Viaje*. En julio de ese mismo año, viaja a Moscú, invitado por el forum internacional de la juventud, permaneciendo 15 días en Rusia que marcarían el rumbo de su vida, queda evidenciado en sus poemas *En la plaza Roja* *Plaza Roja 1961*. Conoce la China, luego París, donde visitaría la tumba de César Vallejo y posteriormente visitaría Madrid. En 1962 recibe una beca para estudiar cine y parte a Cuba, junto con otros comunistas de Chile, donde conoce a Fidel Castro. En 1963 retorna al Perú para librar una guerra contra el imperialismo. Uniéndose al Movimiento de Izquierda Revolucionaria. El 15 de mayo, muere acribillado en un enfrentamiento contra la Policía Peruana y algunos pobladores de Puerto Maldonado. 29 balas perforaron su cuerpo en medio del río Madre de Dios, a los 21 años de edad ."

Es triste saber que un extraordinario poeta caiga en las manos del fanatismo político y que tenga que privarnos de su maravilloso talento a tan temprana edad.
IMAGEN RECOGIDA DEL BLOG "UTERO DE MARITA"

2 comentarios:

  1. Qué chévere tu post! Sabías que en sus poesías, predijo que iba a morirse entre "pájaros y arboles"?

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  2. Llegará la hora
    en que tendré que
    desembocar en los
    océanos,
    que mezclar mis
    aguas limpias con sus
    aguas turbias,
    que tendré que
    silenciar mi canto
    luminoso,
    que tendré que acallar
    mis gritos furiosos al
    alba de todos los días,
    que clarear mis ojos
    con el mar.
    El día llegará,
    y en los mares inmensos
    no veré más mis campos
    fértiles,
    no veré mis árboles
    verdes,
    mi viento cercano,
    mi cielo claro,
    mi lago oscuro,
    mi sol,
    mis nubes,
    ni veré nada,
    nada,
    únicamente el
    cielo azul,
    inmenso,
    y
    todo se disolverá en
    una llanura de agua,
    en donde un canto o un poema más
    sólo serán ríos pequeños que bajan,
    ríos caudalosos que bajan a juntarse
    en mis nuevas aguas luminosas,
    en mis nuevas
    aguas
    apagadas.

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